lunes, 10 de septiembre de 2012

Planeta especulación


Lo que quiero contar no es ningún secreto. Pero tampoco deja de serlo. Es verdad que la información y los datos están ahí, aunque en algunos casos hay que hurgar mucho para encontrarlos, y en otros sí es posible que haya una intención de ocultar cierta información. Pero lo fascinante es buscar y encontrar vínculos, puentes, lazos de unión que puedan ofrecer una visión razonada y coherente con todo ello. Es algo así como buscar las piezas para formar un gran puzle. Porque mientras las piezas se mantienen separadas, y silenciadas, es como si el puzle mismo se mantuviera oculto. ¿De qué estoy hablando? Del sistema capitalista. Y no se llama sistema por casualidad, sino porque, como todo sistema, está formado por múltiples piezas perfectamente engarzadas y sincronizadas para hacerlo funcionar. Este ente abstracto y anónimo es el que ahora estamos llamando “Mercados” o, mejor, “Sistema financiero”, pero es el mismo que no hace mucho llamábamos Sistema, a secas, con no poco enfado y frustración porque a él le atribuíamos todos los males del mundo, si no porque los haya causado directamente, sí por su escaso o nulo interés en resolverlos. Simplemente porque esos males, lamentablemente, forman parte del engranaje, son parte del sistema, pues no hay explotación si no hay explotados.

Antes de intentar componer el puzle, vaya por delante que no suelo creer en conspiraciones ni me tengo por paranoico. Pero he de confesar que cada vez que una pieza ocupa su sitio en el puzle no puedo evitar sentir un ligero escalofrío. De todas formas, si creyera en conspiraciones, como han hecho ya otros, las haría partir del Club Bilderberg. Un selecto club que celebra reuniones anuales secretas en las que sólo trasciende el tema a tratar y la lista de invitados. En su cuadro directivo figuran nombres del mundo de las finanzas, de las multinacionales, de los medios de comunicación y de la política. De aquí nos quedamos con dos nombres, fundamentales en nuestro puzle: Juan Luís Cebrián, presidente de El País, y el irlandés Peter Sutherland, presidente de Goldman Sachs International, la filial europea del famoso grupo de inversión americano. Entre sus miembros podemos encontrar a un par de “rockefellers”, a expresidentes como Kissinger y Romano Prodi, y a Mario Monti, actual primer ministro italiano. A las tres últimas reuniones han  asistido como invitados Zapatero cuando era presidente, Ana Botín, Dolores de Cospedal como Secretaria General del PP y Soraya Sáenz de Santamaría como vicepresidenta del gobierno. Es inevitable que el secretismo de sus encuentros, unido a la alta responsabilidad pasada o presente de sus miembros alimenten las teorías conspiranoicas. Los que niegan que existan aducen que el Club no tiene poder ejecutivo alguno, aunque es indudable que sus miembros sí la tienen en las instituciones que representan.

Será mejor empezar a montar el puzle pues esto va para largo. Si, paciente lector, consigues llegar hasta el final y el resultado te convence, serás tú quien decida si tal conspiración existe o si por el contrario todo es fruto de la casualidad.

Según el diario ABC los mercados mueven 3.450 billones de euros al año, cuando el PIB mundial está sólo en 45 billones. Esto supone 76 veces más de lo que genera la economía real. ¿Dónde está entonces el dinero restante? En ninguna parte, no está, aún. En esto se basa precisamente el sistema capitalista, en el préstamo, el crédito y la deuda. Ese dinero sólo existe como parte de un compromiso que sólo el tiempo convertirá en dinero real, contante y sonante. Son los plazos de devolución, que hasta ahora se adaptaban a las posibilidades de la economía real. Pero en la actualidad la diferencia es tan brutal, tan alejada de la realidad, que sólo es posible atribuirla a la especulación, porque ya no se trata de invertir, esperar, producir y ganar; no, ahora los “mercados”, el sistema financiero en general, ha eliminado los pasos intermedios y ya sólo se trata de invertir y ganar. Así, los mercados pueden “mover” cantidades astronómicas de este dinero “futurible” de un sitio a otro, provocando según le conviene pánicos o euforias, para, en cualquiera de los casos, ganar dinero en un corto periodo de tiempo. Todo lo que es posible comprar y vender, y para el capitalismo no hay nada con lo que no se pueda hacer negocio, se compra y se vende en la bolsas de Nueva York, Chicago, Londres, París, Amsterdam, o Frankfurt. Las entidades financieras más importantes que se dedican a la especulación son Goldman Sachs (GS), BlackRock, JP Morgan, Barclays, Pimco y Lehman Brothers antes de su caída, en Estados Unidos; y Credit Suisse, Deutsche Banck, HSBC y Rabobank en Europa. Estas entidades se dedican a la compraventa de divisas, acciones, deuda pública, productos derivados (como la famosa prima de riesgo), y materias primas energéticas o alimentarias. Aunque todas ellas pueden especular mediante las “operaciones en corto”, para este tipo concreto de especulación están los hedge funds o fondos de cobertura. Los más importantes son SAC Capital Advisors y Paulson & Co. Estas operaciones se basan en el miedo a perder dinero. Toman prestado grandes cantidades de activos de otros fondos o bancos, con una garantía de devolución, y se dedican a venderlos provocando su caída en la bolsa y arrastrando en su venta a otros inversores. Más tarde, horas, días, vuelven a comprar los mismos activos para devolvérselos a sus dueños. Como vendieron caro y recompraron barato, el beneficio se obtiene de la diferencia, a la que hay que restar también la garantía o el interés del préstamo. Lo hizo el magnate George Soros, antes presidente de Soros Fund Management y ahora reconvertido en escritor y analista económico, cuando provocó la depreciación de la libra vendiendo 10.000 millones que previamente había pedido prestadas, comprando marcos alemanes. El Banco de Inglaterra no pudo contener la caída de su moneda; Soros con sus marcos compró las libras depreciadas y en la diferencia, y al cambio, ganó 1.000 millones de dólares en un solo día, fue el 16 de septiembre de 1992.

El caso de Soros puede servir para explicar otra pieza importante dentro del sistema. Hace falta una institución, un Estado, que facilite el flujo de dinero hacia los especuladores, y que garantice que este dinero futuro se convierta en dinero real con posibilidades reales de cobrarlo. En caso necesario, además, estas mismas instituciones desviarán las posibles pérdidas de la especulación financiera hacia la economía real. Entre los años 80 y 90 no sólo se eliminaron todo tipo de barreras a la especulación financiera, sino que se permitió la fusión de la banca tradicional, especializada en depósitos y préstamos, con la banca de inversión. En cualquiera de los casos la coartada está servida. Con la excusa de que no se pueden dejar caer a los bancos, las pérdidas de sus apuestas especulativas repercuten directamente en los ahorradores y en el Estado. Las “reformas estructurales” emprendidas entonces no tienen otro objeto que reorientar la economía real desde las actividades productivas a la satisfacción de los intereses del capital financiero internacional.

Ahora bien, nada de todo esto es posible sin personas de carne y hueso que vigilen y mantengan limpias y expeditas las vías de unión entre la especulación financiera y la economía real. El vestíbulo que une ambas actividades se llama Estado, y el mecanismo que permite pasar de una a otra se conoce como “puertas giratorias”. En Estados Unidos sobresalen dos nombres. Uno es Robert Rubin. Entre el 90 y el 92 fue ejecutivo de Goldman Sachs, Secretario del Tesoro en los dos mandatos de Clinton, del 93 al 99. En este último año, Citibank, un banco tradicional, quiso fusionarse con Travelers Group, un banco de inversión. Rubin derogó la ley que lo impedía y la fusión se produjo, el resultado fue Citigroup. Cuando Clinton fue desalojado de la Casa Blanca Rubin ingresó en el nuevo grupo financiero; desde 2007 es su presidente. El otro nombre es Henry Poulson: en Goldman Sachs desde 1974, socio desde el 82, su presidente entre 1994 y 1998. En 2006 George W. Bush le nombra Secretario del Tesoro, cargo en el que se mantiene hasta 2009. En su mandato estalla la crisis de las hipotecas basura. Deja caer a Lehman Brothers, donde trabajaba nuestro ilustre ministro de Economía Luis de Guindos, y aprueba un plan de rescate de la banca de 700.000 millones de dólares para comprar “activos tóxicos”, aunque posteriormente decidió que el estado invirtiera directamente en las entidades más “contaminadas”.

Goldman Sachs es, por tanto, el eje que hace girar las puertas. Hasta el dimitido director del departamento para Europa del FMI, Antonio Borges, fue vicepresidente de Goldman Sachs entre el año 2000 y el 2008, la etapa del fraude de las cuentas públicas griegas, fraude que ha estado en el centro de la actual crisis de la deuda soberana y en la que Goldman Sachs fue un destacado protagonista, y es que su influencia llega hasta Europa y sus instituciones. Como es bien sabido, Grecia no cumplía los requisitos de Maastricht para entrar en el Euro, por lo que contrató a Goldman Sachs para ocultar parte de su deuda pública, y así ajustarla al 60% exigido cuando en realidad ascendía al 103% de su PIB. Lo estuvo haciendo hasta 2009 con la connivencia de las propias instituciones europeas. Mario Draghi, antiguo ejecutivo del Banco Mundial, y presidente del BCE desde noviembre de 2011, fue Vicepresidente para Europa de Goldman Sachs entre 2002 y 2006. Otmar Issing, saltó del Bundesbank a la directiva del BCE desde 1998 hasta 2006. Desde 2007 es asesor de Goldman Sachs. Mario Monti, el actual primer ministro impuesto por los mercados en Italia, fue comisario del Mercado Interior entre 1994 y 1999, desde este año Comisario Europeo de la Competencia hasta 2004, y desde 2005 asesor de Goldman Sachs. Hay otros dos nombres de este periodo que merecen destacarse. Uno es el griego Petros Christodoulou, otro banquero formado en Goldman Sachs, que en 2006 era el responsable de Mercados y Banca Privada del Banco Nacional de Grecia, la entidad que ejecutó el fraude contable. Desde 2009 está al frente de la Agencia de Deuda Pública de Grecia; y Huw Pill, economista jefe para Europa de Goldman Sachs desde 2011, trabajó previamente en el Banco Central Europeo, en la sección de política monetaria.

George Soros confesaba en una reciente entrevista a El País (2/9/2012) que, al destaparse el fraude griego en 2009, los mercados se dieron cuenta de que “podían hacer quebrar a los países, a no ser que las autoridades los protejan”, y evidentemente, a ello se pusieron: “los mercados financieros han podido forzar la quiebra de algunos países del euro”, confirma. Y lo han hecho aprovechando las fisuras de la moneda única (los estados se han endeudado en una moneda que no controlan) y la inactividad del BCE. Pretenden forzar su intervención para que sea él quien garantice el pago de la deuda contraída. Por eso la prima de riesgo baja cuando anuncia su intervención en el mercado secundario de deuda. Pero, mientras el euro se restaura, y todo el tiempo que tarde en hacerlo, los mercados hacen negocio: “los mercados financieros no se van a quedar esperando, van a presionar la prima de riesgo y a provocar la crisis del euro, ya lo están logrando”. Otra vez, la dichosa prima de riesgo. Ya todo el mundo sabe que es la diferencia que se paga por el interés del bono alemán a 10 años y el interés que tienen que pagar el resto de los países por el mismo bono. Lo que quizá no sepa todo el mundo es que la prima de riesgo es otro “derivado financiero”, es un Seguro de Riesgo de Crédito, que se compra y se vende, y es por tanto susceptible de especulación. Los inversores en deuda pública contratan seguros para protegerse de posibles impagos. Cualquier entidad financiera puede vender protección, pues sólo asumiría el coste de la operación si el impago se produce. Al mismo tiempo, la ley permite que en este mercado de derivados de crédito intervengan otras entidades, otros agentes que compran protección cuando en realidad no tienen de qué protegerse. Estos inversores buscan aumentar la percepción de que el riesgo de impago es real para que aumenten las primas y así poder vender la protección comprada a precios más altos. ¿Quién se encarga de aumentar o disminuir la percepción de riesgo de impago en el mercado financiero? Eso es, las agencias de calificación. Las tres agencias americanas Standard & Poor's, Fitch y Moody's controlan el 90% del negocio de la calificación. Es evidente que bajando la nota de calificación a la deuda de un país aumenta la percepción del riesgo de impago, con lo que la prima de riesgo se dispara y activa el mercado de compraventa de sus derivados de crédito. Un artículo de La Vanguardia (17/1/2012) desvelaba el cuadro accionarial de las tres agencias. Cuando las piezas de este puzle empiezan a encajar caben ya muy pocas sorpresas. S&P es propiedad de McGraw Hill y sus accionistas mayoritarios son las financieras Capital Group, State Street y BlackRock. Estas tres son a su vez los accionistas mayoritarios de Moody’s. Los propietarios de Fitch son la financiera francesa Fimalac y la editora Hearst Corporation. Sólo por ir aclarando, quizá convendría saber que Capital Group es el principal accionista del Banco Santander y del BBVA, y que posee acciones de las cadenas de televisión Cuatro y Tele5. BlackRock posee también acciones de estas cadenas. De manera que haciendo el juego a los mercados, se ha instalado en las instituciones y en los medios de comunicación una obsesión por la evolución de la prima de riesgo cuando en realidad se trata de un producto sujeto a especulación, que nada tiene que ver con el estado o la evolución de la economía real de un país. Es más, en este juego perverso, los recortes que imponen a los países la especulación financiera para garantizar el pago de la deuda aumenta la recesión económica, y ésta misma se toma como causa de una nueva rebaja en la calificación de la deuda, que a su vez hará aumentar la “sensación de impago”, subirá de nuevo la prima de riesgo, y ésta se volverá a tomar como causa para demandar nuevos recortes…y vuelta a empezar. Por eso Manuel Lago, economista de Nueva Tribuna (19/5/2012), critica que la prima de riesgo se haya tomado como indicador principal de la marcha de la economía española y que esté en el centro de las decisiones que el gobierno toma en materia económica. Lago no tiene duda de que la inhibición del BCE permite este perverso juego especulativo con la deuda de los países periféricos de la Unión Europea y le permite a Alemania imponer su política de austeridad a toda Europa.

Y este es el mensaje repetido una y mil veces por los portavoces del neoliberalismo en todos los medios de comunicación. Los especuladores, los que ganan miles de millones y viven como verdaderos marajás vienen a decirnos que las personas de este mundo, las que dependemos de la economía y del trabajo real, teníamos un Estado del Bienestar, un sistema de protección social que no podíamos permitirnos, y que no nos lo merecemos porque hemos abusado, porque hemos gastado por encima de nuestras posibilidades. Por ejemplo, Otmar Issing, asesor de Goldman Sachs, afirma que las “transferencias financieras de los países disciplinados a los que no lo son crean tensiones políticas que amenazan el futuro de la Unión Europea. Un modelo en el cual los países viven y gastan más allá de sus posibilidades es insostenible y está condenado al fracaso” (El País, 23/1/2011). Peter Sutherland, también en un artículo publicado en El País (31/5/2012) aseguraba que “cada vez se es más consciente de que incrementar la deuda para financiar un gasto público improductivo es un callejón sin salida que perjudica el crecimiento sostenible”. El que sigue siendo presidente de GS Internacional defiende en el artículo la resistencia de Angela Merkel y de sus electores “a apoyar con dinero a otros Estados miembros que, hasta cierto punto, son responsables de sus propias desgracias”. Para terminar, de momento, este pequeño muestrario de declaraciones, el magnate y antiguo especulador George Soros, dijo en la entrevista a El País antes mencionada que “Europa tiene un problema específico derivado de la construcción del euro. Así que la política hoy día va a tener que distinguir entre los estímulos que eventualmente se pueden rentabilizar (…) o un Estado del Bienestar que no se puede mantener especialmente en Europa”.

Pincha encima para ampliar
Ahora tendría que descender a las piezas nacionales del puzle de la especulación financiera para hablar de nuestras propias puertas giratorias (Más de 50 ex altos cargos políticos figuran como administradores de la empresas del Ibex, El País, 2/9/2012) y de la alianza entre el sector financiero y los partidos políticos (financiación ilegal, donaciones a sus respectivas fundaciones, condonación de la deuda de los partidos por determinados bancos….) pero me temo que este post ya es demasiado largo. De manera que vamos a completarlo con una referencia al “cuarto poder”, que también ha caído en manos de los especuladores. El papel de los medios de comunicación en esta crisis es indudable, y consiste básicamente en la difusión del pensamiento económico neoliberal, sin que asome apenas crítica o análisis; y, por otro, facilitar el sometimiento de la población a dichas consignas creando alarma con un bombardeo constante de noticias económicas, datos y cifras de evolución de los mercados que en realidad no cuentan nada. Consiste pues en crear desinterés recurriendo a la saturación, mientras que, por otro lado, se oculta información que sí podría resultar relevante. El caso de El País me parece especialmente ilustrativo. Porque es el diario de mayor tirada nacional y porque se le supone cierto sesgo ideológico progresista. Pero en los temas económicos poco se diferencia de los medios conservadores. Por ejemplo, el pasado 30 de agosto publicaba la noticia de que Andalucía se veía obligada a pedir el rescate al gobierno por el cierre del crédito bancario. Y decía: Las entidades financieras consultadas por EL PAÍS coinciden en que su interés no es “cerrar el grifo a las comunidades para que tengan dificultades”, pero admiten que… “es más lógico que prefiramos prestar al FLA (Fondo de Liquidez Autonómica), que tiene garantía del Estado, en lugar de a una autonomía, cuya solvencia puede ser más baja”, explican estas fuentes. Tal cual. En estos días en que a los españoles se nos pide responsabilidad nacional y patriotismo, ¿no es relevante saber el nombre de esos bancos españoles que prefieren hacer negocio con un Estado en recesión, a sabiendas de que tendrá contrapartidas en forma de recortes para la población, antes que prestar a las comunidades? En el artículo de Peter Sutherland que hemos citado más arriba se ponía al pie del mismo una breve nota sobre el autor consignando, entre otros cargos, que es miembro del Instituto Nicolás Berggruen. Lo que se oculta es que, como veremos ahora, Nicolás Berggruen es el presidente del grupo de inversión Liberty, propietario de El País y, sobre todo, que Peter Sutherland es el presidente de Goldman Sachs Internacional, y que forma parte también de la presidencia del Club Bildelberg, junto al propio Juan Luís Cebrián. 

Y es que basta echar un vistazo al accionariado de El País para terminar de colocar la última pieza del puzle. Para el 2010 el diario había acumulado una deuda de más de 4.600 millones de euros. El grupo Prisa, de la familia Polanco y propietaria del periódico, decidió vender el 57% del grupo a Liberty Acquisitions Holdings Corp. Un fondo de inversión presidido por Nicolás Berggruen. En la cuenta de inversores de Liberty están Goldman Sachs, el Deutsche Bank, Citigroup y Credit Suisse. Entre los cuatro acumulan el 12% de Liberty. Por otro lado, en junio de 2012 Prisa llegó a acuerdos con algunos de sus acreedores para convertir su deuda en acciones, así que son también copropietarios del diario La Caixa, HSBC, y el Banco Santander. Recordemos que la financiera Capital Group es la principal accionista del Santander y accionista mayoritario de las agencias de calificación Standard & Poor's y Moody's.

Parece que con esto ya está todo dicho, pero no me resisto a citar al propio Juan Luís Cebrián, presidente de El País, en un artículo publicado el 17 de junio de este año, y que parece sacado por entero de la oficina de la Moncloa o de los despachos de Goldman Sachs. Afirma, por ejemplo, que la austeridad que padecemos “no es consecuencia de un mandato foráneo, sino respuesta obligada a un déficit fiscal originado por nuestros propios errores y por no pocos abusos”, defiende la austeridad general como “la única manera de garantizar el funcionamiento de la economía”, la conversión del BCE en “un prestamista de último recurso que dé confianza y credibilidad a los mercados” y alaba “la reforma de la Constitución para garantizar la estabilidad presupuestaria”. Cebrián cree que todo el mundo, partidos políticos y sindicatos, debe colaborar en aprobar y aceptar los recortes porque “no nos hallamos ante una discusión ideológica, sino ante un problema de caja”. Y ya, como conclusión, la guinda: “Pues el crecimiento”, afirma, “consiste en ofrecer riqueza a los mercados”.

Pincha encima para ampliar
Fin del puzle. ¿Conspiración, sistema perfectamente orquestado y engrasado, o pura coincidencia? Tú decides. Sea como sea, una cosa parece clara, estamos vendidos, literalmente.

13 comentarios:

  1. Si hubiéramos visto los atentados del 11-S en una película la habría tachado de disparate. Igualmente en esto, la realidad supera a la ficción y a mí no me cabe ya la menor duda de que estamos ante un golpe de estado globalizado y supranacional, de poderosos contra menesterosos. Estamos vendidos, sí. Con sus letanías de chamán adormecen a la gente y le hacen creer la mentira repetida mil veces. De cuando en cuando dejarán caer algunas migajas por las que pelearán los débiles y seguirán explotándolos, ¡pobres esclavos!, el hambre es mala compañera del pensamiento. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo gritar más alto y más fuerte que todo esto es una mentira orquestada a gran escala?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No podemos gritar más alto. No podemos decirlo más claro. Tenemos la misma frustración que Casandra: predicción sin disuasión. Los dioses de la información y del conocimiento nos permiten, quizá, ver por detrás de las apariencias, ver al gigante que hay dentro del molino. Pero, lo hemos dicho tantas veces..., la gente no lo ve porque no quiere verlo, no lo sabe porque no quiere saberlo. De momento, mientras haya migajas, y enemigos con quien disputárselas, estará bastante entretenido. Y la versión moderna del "pan y circo", esto es, el "fútbol y toros" terminan por anestesiarlos del todo. Mientras sus necesidades naturales estén cubiertas, ¿de qué preocuparse?. El hombre, supone, no puede ser tan malo como se lo pintamos. Es el mito del "buen salvaje", pero en versión moderna.

      Eliminar
  2. Juan, un análisis bastante completo, al que sólo le pondría dos notas al pie:

    * No sólo el comercio real es un 2% o menos del comercio total, es que "en las condiciones actuales en que 60% del comercio mundial se lleva a cabo dentro, y no entre, las corporaciones multinacionales, la forma en que se determinan las imposiciones es cada vez más oscura, a medida que se olvida el precio de libre competencia y se manipulan las cifras para reducir impuestos". (Falsas ganancias: robar a los pobres para librar de impuestos a los ricos. Informe de Christian Aid, marzo 2009).

    * Todo esto (también habla de la concentración de sectores en muy pocas compañías enormes) estaba ya explicado: "Una característica del capitalismo en general es que la titularidad del capital se halla separada de la aplicación del capital a la producción; que el capital financiero está separado del capital industrial o productivo, y que el rentista que vive enteramente del ingreso obtenido del capital financiero está aislado del empresario y de todos aquellos que se encuentran directamente involucrados en la administración del capital. El imperialismo, o el dominio del capital financiero, es aquella fase superior del capitalismo en la cual esta segregación alcanza grandes proporciones. La supremacía del capital financiero por sobre todas las otras formas de capital significa el predominio del rentista y de la oligarquía financiera; significa la separación de un pequeño número de Estados financieramente "poderosos" de todo el resto".

    Lo triste y para mí sorprendente es que la cita es de hace casi cien años (El Imperialismo, fase superior del Capitalismo, V. I. Lenin, 1916).

    El opúsculo de Lenin se lee con facilidad (aunque con más tablas y menos gráficos permitiría una lectura más fluida), pero si resulta demasiado pesado, el artículo correspondiente de la Wikipedia lo resume bastante bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Alberto por tus aportaciones. Sí que es sorprendente que lo que lleva escrito casi 100 años siga teniendo vigencia. Lo que aún refuerza más la frustración de Casandra, como le comentaba antes a Elena. Lenin, Marx, Engels, los he citado también en otras entradas destacando la actualidad de sus observaciones (Abril:mecanismo-1-elecciones-periodicas o marxismo actualizado; Mayo: mecanismo-3-y-ultimo-clase-media.html). Después de tantos años, supongo que habrá que admitir, como ya lo hizo Francis Fukuyama hace algunos años, que el sistema capitalista ha triunfado, vistiéndose de democracia nos ha engañado durante todo este tiempo, y aún lo sigue haciendo, porque la apariencia de libertad subyuga más que la esclavitud más evidente. Pero hacia la esclavitud caminamos en estos días, y se cumplirá otra profecía de Lenin escrita en 1917: "La esclavitud asalariada es el destino reservado al pueblo incluso bajo la república burguesa más democrática”.

      Eliminar
  3. Estamos atrapados. Una esperanza nos la proporcionaría el siguiente titular:
    "15 de septiembre: cinco millones de personas toman Madrid".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esperemos que así sea. Sería un buen síntoma que la gente empezara a tomar conciencia de la situación real, y viera el final del camino al que nos conducen las reformas y los recortes, que nada tienen que ver con el "crecimiento" sino con el "sometimiento".

      Eliminar
  4. http://topdocumentaryfilms.com/mayfair-set/

    http://www.youtube.com/watch?v=234H8X1-JiA

    http://www.youtube.com/watch?v=4PQrz8F0dBI

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. http://www.youtube.com/watch?v=PjkcLj4QEa8

      http://www.youtube.com/watch?v=SN-zfkUODvI

      Eliminar
    2. http://actualidad.rt.com/programas/keiser_report

      Eliminar
    3. Muchas gracias por los enlaces, los iremos viendo con calma.

      Eliminar
  5. Me gustaría aclarar un par de puntos acerca del, por otra parte, muy completo y documentado artículo de más arriba:

    - No creo en teorías de conspiraciones globales, creo que lo único que conspira aquí es la avaricia y codicia humanas, que lo pervierten y corrompen todo. Acerca del Club Bilderberg, bueno, son un club privado y muy exclusivo, pero la heterodoxa lista de invitados que tienen, no parece ser mucho más que la suma de sus miembros individuales... sobre todo cuando se ve que han tenido como invitados a lumbreras como Zapatero o Soraya Sáenz de Santamaría (¿un intento de boicotear el grupo desde dentro?). Más que ser un mal global, son una parte del problema (llevan más de 50 años reuniéndose y los resultados parecen ser desastrosos), y su secretismo tampoco ayuda a confiar en ellos, pero desde luego, como think tank, son pésimos. Lo interesante sería saber quienes son los que dictan sus directrices y cómo se financia...

    - La entidad financiera citada como Rebobank, es realmente Rabobank. (http://en.wikipedia.org/wiki/Rabobank)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me cuesta creer en teorías conspirativas, aunque, como vivimos en el mundo de los eufemismos, si le cambiamos el nombre quizá gane algunos puntos de credibilidad. Conspiraciones no, pero, ¿coordinación de las políticas neoliberales a nivel global? Porque, hay que echar un vistazo con atención, no a la lista de invitados del club Bildelberg, sino a la lista de su cuadro directivo. Por otro lado, tildar de pésimos sus resultados sólo es posible hacerlo desde el punto de vista de los afectados, de los "perjudicados", pero si analizamos el mundo actual, y el que se nos está echando encima, yo diría que para los "beneficiados" son de éxito completo. Siempre ganan, y ganan mucho, muchísimo. Porque han conseguido incluso anular la política para ponerla a su servicio, de tal manera, que si alguna vez pierden en sus apuestas especulativas, somos los demás a los que nos toca pagar la cuenta. Para ellos, el resultado es perfecto.

      Eliminar
  6. El caso es que han hundido la propia economía de USA.Una persona conocida mía que parece conocer todas estas movidas me decia hace 9 meses,que el objetivo era dominar Europa y liquidar el euro.

    ResponderEliminar